Crecimiento y Desarrollo

Ofrecer la posibilidad de realización plena es desde niños alcanzar un crecimiento y desarrollo óptimo a lo largo de la vida. Con mayor comprensión del desarrollo humano por parte de sus sus cuidadores (padres, tutores, maestros, etc.), se puede lograr la mejor intervención para el desarrollo de sus potencialidades, a su vez, adoptando una actitud responsable en su crecimiento físico y en la maduración de las líneas del desarrollo: motricidad, lenguaje, cognición, socialización, control de esfínteres, sueño y sexualidad.

"Anualmente mueren en el mundo casi diez millones de niños menores de cinco años. Un número casi 20 veces mayor de niños - más de 200 millones - sobreviven pero no llegan a desarrollar todas sus potencialidades humanas. Todo niño tiene tanto derecho a desarrollarse como a sobrevir" Organización Mundial de la Salud (OMS).

Contar con una buena nutrición y los cuidados adecuados desde la niñez, es la fórmula para alcanzar los mejores resultados en el crecimiento físico y desarrollo psicológico individual, con una mejor adaptación social, autocontrol emocional y resolución de cada etapa del desarrollo humano y de sus nodos críticos. 

La Organización Mundial de la Salud establece diez datos acerca del desarrollo en la primera infancia como determinante social de la salud:Dato 1

El desarrollo cerebral y biológico durante los primeros años de vida depende de la calidad de la estimulación que el lactante recibe de su entorno: familia, comunidad y sociedad. El desarrollo en la primera infancia, a su vez, es un determinante de la salud, el bienestar y la capacidad de aprendizaje durante toda la vida. La conjunción de estos datos señalan al desarrollo en la primera infancia como un determinante social de la salud.

Dato 2

Si se quiere lograr un desarrollo sano en la primera infancia es preciso crear las condiciones adecuadas para que el niño, desde el periodo prenatal hasta los ocho años, se desarrolle por igual en los aspectos físicos, socioafectivos y lingüístico-cognitivos.

Dato 3

El grado de seguridad y de cohesión social de los vecindarios y aldeas, así como la atención que se dedique a los niños, son factores importantes para el desarrollo en la primera infancia.

Dato 4

Para mejorar el desarrollo en la primera infancia es preciso que a nivel mundial las comunidades mejoren permanentemente las condiciones en que las familias crían a sus hijos, para lo cual han de atenderse las necesidades en materia de seguridad económica, flexibilidad en los horarios de trabajo, información y apoyo, salud y servicios adecuados de puericultura.

Dato 5

Es necesario eliminar los obstáculos que impiden el acceso a programas y servicios de eficacia demostrada para favorecer el desarrollo físico, socioafectivo y lingüístico-cognitivo en la primera infancia.

Dato 6

Los niños sin cuidado parental deben recibir una atención que los estimule, los apoye y los ayude a crecer. Una puericultura y una educación de alta calidad en la primera infancia pueden mejorar sus posibilidades de éxito en la vida.

Dato 7

El desarrollo en la primera infancia constituye la base del desarrollo humano y debe ser un aspecto clave para determinar el grado de éxito de las sociedades. La medición a nivel mundial de la situación del desarrollo en la primera infancia, basada en métodos comparables, permitirá que las sociedades puedan determinar su grado de éxito.

Dato 8

Para garantizar un desarrollo sano en la primera infancia se requiere la acción conjunta no sólo de los organismos internacionales, nacionales y locales, sino también de las familias a nivel mundial.

Dato 9

Muchos participantes en la comunidad internacional para el desarrollo consideran que el desarrollo del niño es tan importante como su supervivencia, pero esta idea todavía no se refleja en la financiación de los programas de desarrollo.

Dato 10

De todos los determinantes sociales en la salud, el relativo al desarrollo en la primera infancia es el que los dirigentes económicos de las sociedades entienden con más facilidad, porque un mejor desarrollo en la primera infancia no sólo significa una mejora de la salud, sino también la existencia de una fuerza de trabajo más productiva y la reducción de los costos tanto en la justicia penal como en otros componentes de la red de seguridad social. Las instituciones fiscales y monetarias a nivel nacional e internacional deben reconocer que el gasto destinado a mejorar el desarrollo en la primera infancia es una inversión y, por consiguiente, han de incorporarlo en sus políticas.