Líquidos corporales

    El cuerpo humano del adulto contiene aproximadamente 60% de líquido, principalmente una solución acuosa de iones y otras sustancias. El líquido que se encuentra dentro de las células se conoce como "líquido intracelular", y el líquido que se encuentra fuera de la célula se denomina "líquido extracelular". El líquido extracelular se divide en el "líquido intersticial" y el "plasma" sanguíneo. Este líquido extracelular está en movimiento constante por todo el cuerpo y se transporta rápidamente en la sangre circulante para mezclarse después entre la sangre y los líquidos tisulares por difusión a través de las paredes capilares. 

    El líquido extracelular se transporta por todo el organismo en dos etapas. La primera consiste en el movimiento de la sangre por el cuerpo dentro de los vasos sanguíneos y la segunda es el movimiento del líquido entre los capilares sanguíneos y los espacios intercelulares, que contienen el denominado "líquido intersticial", que por así decirlo, baña a las células. Generalmente la toda la sangre atraviesa todo el aparato cardiovascular una vez por minuto cuando la persona se encuentra en reposo, y hasta seis veces por minuto cuando la persona está muy activa.

    En el líquido extracelular están los iones y nutrientes que necesitan las células para mantenerse vivas, por lo que todas ellas viven esencialmente en el mismo medio del líquido extracelular. Por este motivo, el líquido extracelular también se denomina "medio interno del organismo", o milieu intérieur, término introducido por el fisiólogo francés Claude Bernard en el siglo XIX. El líquido intersticial entonces, mantiene los mismos componentes y sus cantidades que las contenidas en el líquido extracelular.

    Las células son capaces de vivir, crecer y realizar sus funciones especiales, siempre que este medio interno disponga de las concentraciones adecuadas de oxígeno, glucosa, distintos iones, aminoácidos, sustancias grasas y otros componentes.

    El líquido extracelular contiene grandes cantidades de iones sodio, cloruro y bicarbonato más nutrientes para las células, como oxígeno, glucosa, ácidos grasos y aminoácidos. También contiene dióxido de carbono, que se transporta desde las células a los pulmones para ser excretado junto a otros residuos celulares que se transportan a los riñones para su excreción. 

    El líquido intracelular, distinto al líquido extracelular, contiene grandes cantidades de iones potasio, magnesio y fósforo en lugar de iones sodio y cloruro que se encuentran en el líquido extracelular.

    Se emplea el término "homeostasis" para referirse al mantenimiento de las constantes del medio interno del organismo, y tanto la circulación general como los órganos y los tejidos, contribuyen a la homeostasis. El mantenimiento de un volumen relativamente constante y de una composición estable de los líquidos corporales es esencial para la homeostasis.

    A medida que la sangre atraviesa los capilares sanguíneos se produce también un intercambio contínuo de líquido extracelular entre la porción del plasma de la sangre y el líquido intersticial que rellena los espacios intercelulares. Las paredes de los capilares son permeables a la mayoría de las moléculas del plasma sanguíneo, con la excepción de las moléculas proteicas plasmáticas, que son demasiado grandes para pasar con facilidad a través de los capilares. Así es que por difusión y mecanismos cinéticos de las moléculas en el plasma y el líquido intersticial, se está mezclando continuamente, manteniendo constantes los componentes en todo el organismo. 

    Existe otro pequeño compartimiento de líquido que se denomina "líquido transcelular" que comprende el líquido de los espacios sinovial, peritoneal, pericárdico e intracelular, así como el líquido cefalorraquídeo. Todos los líquidos transcelulares constituyen alrededor de 1 a 2 l.

    Existe en el organismo una constancia de los líquidos corporales ya que hay un intercambio continuo de líquido y solutos con el ambiente externo, así como dentro de los diferentes compartimientos del cuerpo. El ingreso total de agua es de unos 2,300 ml/día. El agua ingresa en el cuerpo a través de dos fuentes principales: 

    Parte de las pérdidas de agua no pueden regularse de manera precisa. Por ejemplo, hay una pérdida continua de agua por evaporación de las vías respiratorias y difusión a través de la piel, de alrededor de 700 ml/día en condiciones normales. A esto se le denomina "pérdidas insensibles de agua".

    La perdida insensible de agua a través de la piel es independiente de la sudoración y está presente incluso en personas que nacen sin glándulas sudoríparas; la pérdida media de agua por difusión a través de la piel es de unos 300-400 ml/día. Esta pérdida la minimiza la capa cornificada llena de colesterol de la piel, que constituye una barrera contra la pérdida excesiva por difusión. Cuando la capa cornificada se pierde, como ocurre en las quemaduras extensas, la intensidad de la evaporación puede aumentar hasta 10 veces, hasta unos 3-5 l/día.

    La pérdida insensible de agua a través de la vía respiratoria es de unos 300-400 ml/día. A medida que el aire entra en la vía respiratoria, se satura de humedad hasta una presión de agua de unos 47 mmHg hasta que se espira. Como la presión de vapor de aire inspirado suele ser menor a 47 mmHg, el agua se pierde continuamente a través de los pulmones con la respiración. En el clima frío, la presión de vapor atmosférica se reduce a casi 0, lo que provoca una pérdida pulmonar de agua incluso mayor a medida que la temperatura se reduce. Esto explica la sensación de sequedad en las vías respiratorias en el clima frío.

    La cantidad de agua perdida por el sudor es muy variable dependiendo de la actividad física y la temperatura ambiental. El volumen de sudor es normalmente de unos 100 ml/día, pero en un clima muy cálido o durante el ejercicio intenso, la pérdida de agua en el sudor aumenta en ocasiones a 1-2 l/h. Esto vaciaría rápidamente los líquidos corporales si la ingestión no aumentara mediante el mecanismo de la sed.

    Por las heces fecales, solo se pierde normalmente una pequeña cantidad de agua, 100 ml/día. Esto puede aumentar a varios litros al día en personas con diarrea intensa.   

    

    El resto del agua perdida se excreta en la orina por los riñones siendo la excreta normal de agua de aproximadamente 1,400 ml/día. El volumen de orina puede ser tan solo de 0.5 ml/día en una persona deshidratada o tan alta como de 20 l/día en una persona que ha bebido cantidades enormes de agua. Esta variabilidad en la ingestion también es cierta para la mayoría de los electrolitos del cuerpo, como el sodio, el cloro y el potasio.

Líquidos corporales 2EV1
Líquidos corporales 2EV2

Fuente:

Guyton. Tratado de Fisoología Médica. Ed. Mosby, 2011. 12a edición. ISBN: 9788480868198.

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Boron, F. Medical Physiology. Ed. Elsevier, 2009. eth ed. Idioma inglés. ISBN: 9780808923336.

Druker Colin, René. Fisiología Médica. Editorial Manual Moderno, México, 2005. ISBN: 9707290602.

Dr. Víctor H. Loo A.

Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia.