Hipersensibilidad

    Hipersensibilidad tipo 1 o inmediata    

    La hipersensibilidad tipo 1 es un problema clínico frecuente. Es el principal mecanismo de trastornos como la fiebre del heno, el asma y el choque anafiláctico. El inicio de los síntomas es rápido, en el transcurso de menos de 1 minuto, pero si la exposición al alergeno cesa, los efectos clínicos se desvanecen.

    La enfermedad es mediada por la unión del alergeno con la IgE preformada en la superficie de células cebadas, normalmente en la submucosa de las vías respiratorias o la superficie de los basófilos de la circulación. En el momento de la primera exposición al alergeno específico, el paciente atópico monta una respuesta predominantemente de IgE, mientras que en los sujetos no atópicos puede ser de IgG o IgA ante el mismo alergeno. No se conoce bien qué factores regulan el equilibrio de la producción de la subclase Ig en las respuestas inmunitarias, sin embargo, parece ser que en los individuos predispuestos, la respuesta es impulsada por células T auxiliares de tipo Th2; la IL4 y la IL13 producidas por estas células influyen en el cambio de isotipo hacia la producción de IgE. La respuesta de Th2, que comprende IL4, IL6 e IL9, también activa las células cebadas y las prepara para su función efectora en la hipersensibilidad de tipo 1. De este modo, la IgE circulante que se forma, se une a la superficie de las células cebadas submucosas mediante un receptor IgE, que prepara a la mucosa para una respuesta alérgica.

    En exposiciones subsiguientes, el alergeno (como polen de césped o ácaros del polvo doméstico) se une a la IgE y forma enlaces covalentes en la superficie de la célula. La acumulación de receptores de IgE provoca un flujo de entrada de calcio y la consecuente degranulación de la célula cebada. Los gránulos liberan diversos mediadores inflamatorios, entre otros histamina, quimocinas y factor generador de calicreína. Estas sustancias inciden en el músculo liso y en el endotelio de la microvasculatura, así como en las glándulas mucosas bronquiales, los cuales desencadenan los sintomas característicos: congestión, hiperemia y filtración de un exudado con alto contenido de proteína de los vasos de la mucosa. En esta última se observan tumefacción y edema; además, aumenta la producción de moco acuoso por las glándulas. La contracción de músculo liso bronquial da lugar al estrechamiento de las vías respiratorias y el broncoespasmo propios del asma aguda. Una vez que se establece esta fase aguda, la mucosa de las vías respiratorias muestran su capacidad de respuesta excesiva a otros estímulos inflamatorios, como el humo de cigarrillo o las partículas del combustible diesel, que acentúan más los síntomas y los prolonga.

    Cuando una reacción de hipersensibilidad de tipo 1 ocurre en la circulación general, el choque anafiláctico resultante es un estado grave que pone en peligro la vida, por ejemplo en el mecanismo del colapso agudo luego de la ingestión de cacahuate (maní) o de picadura de abeja en individuos susceptibles. Hay desgranulación generalizada de células cebadas y basófilos con liberación de mediadores vasoactivos hacia la circulación, además de vasodilatación generalizada y fuga de plasma con colapso circulatorio; sobreviene el edema agudo de la mucosa de la laringe y de las vías respiratorias con disnea que genera zozobra. A menos que se revierta con medidas de reanimación inmediatas, puede producirse muerte repentina.

    Hipersensibilidad tipo 2 o citolítica

    Las reacciones de hipersensibilidad tipo 2 se desencadenan por la unión del anticuerpo con un antígeno en la superficie celular; los mecanismos efectores llevan a la lisis celular. Es el tipo de reacción que se observa en algunos trastornos autoinmunitarios y en reacciones a la transfusión sanguínea; también es el mecanismo de ciertas formas de daños hísticos en reacciones farmacológicas. En estas últimas, el medicamento se une a la superficie celular, casi siempre del eritrocito, y actúa como hapteno; en efecto, las proteínas celulares acarrean la pequeña molécula del fármaco. Es muy común que el antígeno implicado sea IgG o IgM.

    El anticuerpo preformado se une al antígeno en la superficie de la célula y da lugar a la activación local del complemento. La culminación de la cascada del complemento lleva a la inserción del complejo de ataque de membrana C56789 en la pared de la célula y a la consiguiente lisis celular. En la anemia hemolítica o en las reacciones a transfusión sanguínea, los eritrocitos muestran lisis en la circulación y liberan su contenido hacia el plasma. Incluso en circunstancias en las que el complemento no está activado, puede producirse una lesión celular. En la enfermedad de Graves, la unión del anticuerpo con el receptor de hormona estimulante de la tiroides (TSH) imita la unión de TSH, lo cual conduce a la activación metabólica de la célula y al hipertiroidismo.

    Hipersensibilidad tipo 3 o mediada por complejo inmunitario

    Las reacciones de hipersensibilidad tipo 3 se deben al depósito o formación in situ de complejos inmunitarios con activación subsecuente del complemento y del reclutamiento de células efectoras proinflamatorias; pueden ser procesos morbosos locales o generalizados. El lugar de la enfermedad depende de la ruta de exposición al antígeno, su tamaño, carga y factores genéticos. Las características clínicas también son determinadas por el hecho de que la exposición sea un evento único o frecuente; la primera es característica de una reacción a un fármaco inyectable o a ciertas enfermedades, como el pulmón de granjero; esta última es típica de muchos trastornos autoinmunitarios, entre otros, el lupus eritematoso sistémico y la artritis reumatoide. En pocas palabras, los complejos inmunitarios se depositan en los tejidos, generalmente en las paredes de los vasos sanguíneos de pequeño calibre, donde activan al complemento por la vía clásica, originando la liberación de péptidos quimiotácticos. Éstos, a su vez, influyen en la acumulación de células inflamatorias, neutrófilos y macrófagos, que intentan fagocitar y eliminar los complejos inmunitarios. Como efecto de espectador, los componentes del tejido resultan dañados por las enzimas proteolíticas liberadas por las células inflamatorias. El desarrollo del proceso lleva de 6 a 8 h en casos agudos, pero en muchas enfermedades el antígeno persiste y la reacción de hipersensibilidad se torna crónica. 

    Hipersensibilidad tipo 4 o tardía

    Los daños de los tejidos derivados de este tipo de hipersensibilidad dependen de los linfocitos T que, activados, matan directamente a las células o secretan citocinas que llevan a la acumulación y activación de macrófagos. Los macrófagos agregados pueden formar un granuloma. Esta forma de hipersensibilidad es independiente de los anticuerpos y el complemento; requiere de 24 a 48 hs para desarrollarse plenamente. Si el antígeno persiste, se producirán lesiones histicas progresivas y, en última instancia, fibrosis.

Hipersensibilidad 3EV1

BIBLIOGRAFÍA:

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Dr. Víctor H. Loo A.

Médico especialista en Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia.