Órganos de los sentidos

    Órganos de los sentidos.

Anatomía del ojo:

El ojo humano es una esfera de 12 mm de radio con un abombamiento en su parte anterior, que forma un casquete esférico de 8 mm de radio. Es un órgano muy inervado, y debido a esto, tenemos mucha sensibilidad ante cualquier agente externo como el polvo, o restos de maquillaje que puedan penetrar en su interior.

El ojo se encuentra rodeado de una especie de armadura protectora que está constituida por los párpados, pestañas y cejas, que impiden en gran parte el pase de estas sustancias. Para explicar las diferentes estructuras del ojo, vamos a dividirlo en tres grandes capas o partes, que van desde el exterior al interior:

Capa externa del ojo: esclerótica y córnea

Capa media del ojo: coroides, iris, cuerpo ciliar y cristalino

Capa interna del ojo: retina, humor acuoso y vítreo.

Capa Externa:

Esclerótica: La parte blanca del ojo, es una estructura fibrosa y opaca que protege el ojo manteniendo su forma y sirviendo como esqueleto. En esta estructura se insertan los músculos extrínsecos que permiten los movimientos oculares. Está formada por colágeno y fibras elásticas.

La córnea es el casquete esférico situado en la parte anterior del ojo. Tiene una forma convexa. La córnea refracta y transmite la luz al fondo del ojo (retina) y tiene cuatro características principales:

Es un tejido muy transparente.

No tiene vasos sanguíneos.

Está muy inervada por el sistema nervioso lo que justifica la gran sensibilidad de nuestros ojos ante cualquier estímulo externo.

Es el responsable de gran parte del poder refractivo del ojo, por esto normalmente la cirugía refractiva afecta a esta estructura.

Capa Media:

La coroides tapiza la escalera en su parte posterior, y contiene los vasos sanguíneos que alimentan al ojo. La coroides contienen un pigmento que absorbe el exceso de luz y previene la visión borrosa. Su principal misión es la de nutrir la retina a través de sus numerosos vasos sanguíneos.

El iris es el círculo coloreado alrededor de la pupila que permite que esta se dilate. Esta parte del ojo tiene color gracias a unas células con pigmento que se llaman melanina y melanocitos.

La pupila es la parte del ojo, o punto negro (agujero) que tenemos en el iris, que se contrae (miosis) y dilata (midriasis) para regular el paso de la luz que llegará finalmente a la retina. En la oscuridad la pupila se dilata para captar mayor cantidad de luz y, lo contrario, cuando el entorno es muy luminoso.

El cuerpo ciliar es lo que une el iris con la coroides. Produce el humor acuoso y es el responsable del proceso de la acomodación (que el cristalino cambie de forma). El cuerpo ciliar se forma por un círculo de tejido que rodea nuestra lente natural del ojo o cristalino. Se trata de fibras musculares que ayudan al cristalino a mantener su forma. Cambia el tamaño de la pupila y la forma del cristalino cuando el ojo enfoca un objeto. También es el responsable de segregar el humor acuoso en el segmento anterior del ojo.

El cristalino es la lente natural de nuestro ojo. Es una lente biconvexa, transparente y elástica que se sitúa por detrás del iris. Debido a su transparencia, no tiene vasos sanguíneos ni está inervada. Y se sostiene con la ayuda del cuerpo ciliar.

El cristalino tiene la capacidad de cambiar de forma, lo que se conoce como acomodación. Funciona como el zoom de una cámara, cambia su forma (se abomba o se aplana) para poder enfocar las imágenes situadas a diferentes distancias en la retina.

Capa Interna:

La retina es la capa más interna del ojo y quizá la más importante y compleja, tiene la gran responsabilidad de la función visual.

La retina es una membrana fotosensible que contiene los foto-receptores, que son las células sensibles a la luz: conos y bastones. Es donde la luz se transforma en impulsos nerviosos que se envían al cerebro a través del nervio óptico.

El Humor acuoso está tanto en la cámara anterior como en la cámara posterior del ojo. Es un líquido transparente que contribuye a la nutrición y a la oxigenación de la córnea y el cristalino. Debe existir un perfecto equilibrio entre su producción y su salida.

El humor vítreo es el líquido gelatinoso que se encuentra en la mayor parte del globo ocular. Mantiene su forma redonda, entre la retina y la parte posterior del cristalino.

El nervio óptico es el encargado de enviar las señales e información del ojo a nuestro cerebro para ser procesado por la corteza visual, el hipotálamo y el lóbulo occipital.

Músculos del ojo:

Dentro de la cavidad del hueso de la órbita, el globo ocular se mantiene y se pone en movimiento por los músculos oculomotores:

4 músculos derechos

2 músculos oblicuos

Los músculos rectos:

El músculo recto inferior puede guiar el ojo hacia abajo

El músculo recto superior puede guiar el ojo hacia arriba

El músculo recto interno puede guiar el ojo a la aducción de la nariz

El músculo recto lateral puede guiar el ojo a la vez

Los músculos oblicuos:

El músculo oblicuo inferior: Este es el más corto de los músculos extraoculares. Permite una orientación del ojo hacia la sien y mirada fija elevada.

El músculo oblicuo superior: Este es el más largo de los músculos extraoculares. Permite una orientación del ojo para la nariz y bajar la mirada.

Sistema lagrimal:

El sistema lagrimal es el conjunto de órganos para la producción, la distribución y la secreción de lágrimas.

El flujo continuo de lágrimas evita la deshidratación de la córnea (papel nutricio) y eliminar los residuos y las impurezas presentes en el ojo.

Las lágrimas se producen por la glándula lagrimal situado bajo el párpado superior. Se extienden en la superficie anterior del ojo en el que se distribuyen a través del parpadeo de los párpados. También permite abrir y cerrar el escurrimiento por el punto lagrimal en la esquina interna de los párpados.

Las lágrimas se liberan a través del canalículo lagrimal y el conducto y terminan su recorrido en la cavidad nasal.

Las lágrimas se componen de agua 98%, así como diferentes sustancias (electrolitos, glucosa, urea, proteínas ...).

Conos y bastones:

Las células sensoriales de la retina reaccionan de forma distinta a la luz y los colores. Los bastones se activan en la oscuridad, y sólo permiten distinguir el negro, el blanco y los distintos grises. Los conos, hacen posible la visión de los colores.

En el ojo humano hay tres tipos de conos, sensibles a luz de color rojo, verde, y azul. Cada uno de ellos absorbe la radiación de una determinada porción del espectro gracias a que poseen unos pigmentos llamados opsinas. Las opsinas son unas moléculas que están formadas por una proteína y un derivado de la vitamina A. La eritropsina tiene mayor sensibilidad para las longitudes de onda largas de alrededor de 560 nm (luz roja), la cloropsina para longitudes de onda medias de unos 530 nm (luz verde) y por último la cianopsina con mayor sensibilidad para las longitudes de onda pequeñas de unos 430 nm (luz azul). Mediante las diferentes intensidades de las señales producidas por los tres tipos de conos, podemos distinguir todos los colores que forman el espectro de luz visible.

Los conos están concentrados en el centro de la retina, mientras que los bastones abundan más en la periferia de la misma. Cada cono está conectado individualmente con el centro visual del cerebro, lo que en la práctica permite distinguir a una distancia de 10 metros dos puntos luminosos separados por sólo un milímetro. Cada ojo humano dispone de 7 millones de conos y 125 millones de bastones.

Parpados:

El párpado superior es más extenso que el párpado inferior. A pesar de algunas diferencias de detalle, ambos párpados son bastante parecidos. Los párpados no forman parte del globo ocular, pero ocupa un puesto de primera importancia en el sistema de visión. Es la protección más importante de un órgano tan sensible como es el ojo. Pero además ocupa realiza una serie de funciones activas

El párpado superior muestra un aspecto muy diferente cuando está cerrado o abierto cuando está cerrado se ajusta al globo ocular, estando relacionado por su parte superior con el surco orbito palpebral superior. Cuando se abre, forma una especia de cojinete que se sitúa detrás del surco orbito palpebral. La cara mucosa de ambos párpados es cóncava y se amolda perfectamente a la superficie del globo.

En el interior del tarso se encuentran las glándulas de Meibomio, de forma alargada, que ocupan toda la altura del párpado. Hay entre 30 y 40 de estas glándulas en el párpado superior. Secretan una sustancia grasa que sirve para lubricar el deslizamiento del párpado. En el párpado también hay glándulas de Zeiss (sebáceas) y glándulas de Moll (sudoríparas), aunque son diferentes de las que aparecen en el resto del cuerpo

Además, entre la conjuntiva y el tarso existen las glándulas lagrimales de Krause y Wolfring, y en el borde libre de cada párpado se encuentran dos o tres filas de pelos pequeños, las pestañas, cada una con sus respectivas glándulas ciliar, sudorípara y sebácea.

La principal característica de los párpados es su movilidad, que determina la apertura o el cierre de los ojos. Gracias a esta movilidad los párpados protegen a los ojos de cuerpos extraños, del exceso de luz, y al mismo tiempo extienden las lágrimas y evitan que los ojos se sequen.

El más común de los movimientos del párpado es el "parpadeo espontáneo", que consiste en el cierre rítmico de los párpados unas 10 o 12 veces por minuto. Son dos movimientos, uno de cierre y otro de apertura. Este movimiento lo hacen en aproximadamente 0,3 segundos. Si lo examinamos con detenimiento vemos como el párpado superior cae como cortina, mientras el inferior queda inmóvil.

El cierre se realiza desde fuera hacia adentro, arrastrando las lágrimas y las basuras pequeñas si las hay en dirección del saco lagrimal, como limpieza. Con este parpadeo espontáneo se evita la desecación de la córnea y de la conjuntiva que se encuentra en la zona anterior del ojo. Este movimiento no se observa en el recién nacido.

Aparece a los pocos meses de edad. También podemos mover los párpados de acuerdo a nuestra voluntad, como cuando guiñamos un ojo. Pero es bueno conocer que existe el parpadeo de defensa, en el que el párpado se cierra automáticamente en forma refleja frente a determinados ruidos, determinadas luces, o la presencia de cuerpos extraños o gases que irritan el ojo.

Funciones importantes desde el punto de vista de la visión

Mantener la película lagrimal: Quizás la función más importante. Sin párpados (y sin parpadeo) no puede haber película lagrimal. La película lagrimal es una fina capa de lágrima que tiene que recubrir la superficie del ojo. La lágrima en su mayoría es agua, aunque también hay una pequeña cantidad de lípidos (grasas) y proteínas que son esenciales para mantener la estructura.

Esta película lagrimal no es estable de forma indefinida, tarde o temprano se “rompe”, apareciendo zonas de sequedad en la superficie. Al parpadear, reponemos la película al repartir nuevamente la lágrima de forma homogénea por toda la superficie.

Además, el movimiento de parpadeo es fundamental para que la lágrima se vaya moviendo hacia los puntos lagrimales, que es el “desagüe” del ojo, por donde la lágrima sale de la superficie ocular en camino hacia la nariz. Por tanto, contribuye a mantener la lágrima limpia. Tampoco hay que olvidar que la parte lipídica (grasa) de la lágrima se produce en el párpado.

Protección: Los párpados se cierran para proteger al ojo, de hecho, es un reflejo este cierre cuando algo se acerca al globo ocular. Por eso, cuando hay una lesión en la superficie del ojo uno de los síntomas más constantes es la tendencia a tener el ojo cerrado.

Es curioso lo bien coordinado que están los párpados para estar abiertos lo justo para que veamos, y el resto del globo ocular que está por encima o por debajo de la córnea quedan tapados. Cuando miramos había abajo, el párpado superior sigue el movimiento del ojo, para que no quede al descubierto la parte superior. Y el párpado inferior hace lo mismo (en menor medida) cuando miramos hacia arriba.

Anatomía del oído:

El oído es un órgano sensorial que permite percibir los sonidos, formando el sentido de la audición,​ y en mamíferos también se encarga del equilibrio.

Las partes del oído incluyen:

El oído externo, formado por: El pabellón auricular o la aurícula. El conducto auditivo externo.

La membrana timpánica, también llamada tímpano.

El oído medio (cavidad timpánica), formado por: Los huesecillos (Martillo, Yunque y Estribo) y la trompa de Eustaquio.

Oído interno, formado por: La cóclea, el vestíbulo y los conductos semicirculares.

Oído externo:

Pabellón auricular: Situado en la parte lateral e inferior de la cabeza, posee una cara lateral y otra medial:

Cara lateral: Orientada hacia fuera y adelante, posee una serie de relieves (hèlix, antehèlix, trago y antitrago) y una serie de depresiones dando forma al pabellón. La piel se adhiere a la estructura cartilaginosa, sólo el lóbulo, en la parte inferior, no posee armazón cartilaginoso. (h. Hélix, n. Fosita navicular, l. Limbo de la concha, r. Raíz del hélix, t. Trago, e. Escotadura de la concha, lo. Lóbulo, a. Antitrago, c. concha, ah. Antehélix, d. Tubérculo de Darwin, b. Brazo del antehélix (crura helicis).)

Cara Medial: Su tercio anterior está adherido a la entrada del conducto auditivo externo, mientras que los dos tercios posteriores están libres.

El pabellón está constituido por la piel de recubrimiento, y por un armazón cartilaginoso, ligamentos, y músculos

Armazón Cartilaginoso: Determina la conformación externa del pabellón; es delgado, flexible y elástico, constituido de colágeno tipo II y fibras elásticas. La espina del hélix sirve de fijación a diferentes músculos y ligamentos del pabellón. El cartílago del conducto está unido al pabellón por el istmo, zona estrecha de unión entre trago y antitrago. El borde anterior de la concha está separado de la cara posterior del cartílago del conducto determinando la cisura de Schwalbe.

Ligamentos: Extrínsecos. Unen el pabellón al hueso temporal.

Conducto auditivo externo: Estructura cilíndrica cuyo tercio externo es fibrocartilaginoso y los dos tercios internos óseos. Está delimitado por la membrana timpánica y por el meato auditivo externo. Se dirige de atrás hacia delante y de fuera hacia adentro, en una Posición bastante horizontal, en forma de S itálica. Mide aproximadamente 25mm de longitud por 5-9mm de diámetro.

Constitución del Conducto:

Cartílago: Es una prolongación del cartílago del pabellón. Posee forma de surco y comienza en la parte anterior del antitrago por el itsmo del cartílago auricular. Es cóncavo hacia atrás. La cara posterior es una lámina cartilaginosa, plana, separada del borde anterior de la concha por la cisura de Schwalbe. La cara anterior y el suelo están perforados por dos incisuras: de Santorini o de Duverney. La zona más larga de cartílago se sitúa en el suelo, la unión hueso-cartílago se encuentra en la cara anterior e inferior, no en la posterior ni superior.

Porción Fibrosa: Rellena las paredes posterior y superior del conducto entre la pared posterior y anterior cartilaginosa.

Revestimiento: La piel del conducto no posee hipodermis.

Membrana timpánica:

Esta membrana separa el oído externo del oído medio. La membrana timpánica recibe también el nombre de tímpano. Éste separa el oído externo del oído medio. Cuando las ondas sonoras alcanzan la membrana timpánica hacen que la membrana vibre. Estas vibraciones son transferidas posteriormente a los huesecillos en el oído medio. Está compuesta de una membrana delgada de tejido conectivo cubierta por piel en la parte externa y por mucosa en la superficie interna.

La caja del tímpano es una cavidad paralelepípeda irregular con seis caras; cinco de ellas óseas y una membranosa. Las dimensiones medias son: Longitud: 15mm, Altura: desciende de atrás(15mm) hacia delante (7mm), Grosor: 3mm en su parte central, 6 mm en la periferia.

Su contenido está compuesto por la cadena de huesecillos con sus anexos ligamentosos y musculares, y está tapizada por un epitelio plano simple.

Paredes:

Pared membranosa o lateral: En ella encontramos la pars flaccida o membrana de Shrapnell es la porción de membrana timpánica situada por encima de los ligamentos timpanomaleolares y que se inserta en el borde inferior de la parte cupular de la escama del temporal.

Pared laberíntica o medial: Pared formada por el peñasco del temporal; en ella encontramos un “dintel neuromuscular” Constituido por el músculo tensor del tímpano y por el canal del facial de anterior a posterior respectivamente. Este dintel es el que nos va a permitir dividir la pared en dos niveles: el receso epitimpánico o ático por arriba y el atrio por abajo.

Pared tegmentaria o superior: Forma el techo de la caja del tímpano o tegmen tympani, formada por una porción petrosa medialmente y una porción escamosa lateralmente.

Pared yugular o inferior: Constituye el suelo de la caja y se sitúa más baja del nivel del conducto auditivo externo, este desnivel crea el receso hipotimpánico o hipotímpano. Separa la cavidad timpánica del bulbo de la yugular.

Pared carotídea, tubárica o anterior: Se sitúa en el plano del conducto auditivo externo y la membrana timpánica y está ocupado principalmente por el orificio timpánico de la trompa que da acceso a la porción ósea de la trompa de Eustaquio: el protímpano. En la parte superointerna de este orificio se encuentra el canal del músculo tensor del tímpano, mientras que, en la parte superoexterna, desembocan el orificio de entrada del ligamento anterior del martillo y de la arteria timpánica anterior, así como el orificio de salida de la cuerda del tímpano (canal de Huguier).

Pared mastoidea o posterior: Pared de constitución exclusivamente petrosa, se divide en 2 partes, una parte superior: additus ad antrum, y otra inferior que constituye el retrotímpano.

Oído medio:

Huesecillos:

Los huesecillos del oído (también llamados osículos auditivos) son huesos cortos e irregulares, que forman una cadena situada en la cavidad timpánica del oído medio.

Cuando las ondas sonoras hacen vibrar la membrana timpánica o tímpano, ésta a su vez mueve el huesecillo más cercano, el martillo, al que está unida. El martillo, entonces, transmite las vibraciones por medio del yunque y el estribo hasta la membrana oval, que cierra la abertura al vestíbulo del oído interno.

Martillo: Tiene forma de maza con una cabeza, un cuello, mango y dos apófisis. La cabeza, situada en el ático, tiene forma ovoide, es lisa, y en su parte posterointerna presenta una superficie articular para el cuerpo del yunque. El cuello es corto y aplanado, su borde lateral corresponde a la pars flaccida de la membrana timpánica. Su borde medial es cruzado por la cuerda del tímpano, que se superpone al tendón del músculo tensor del tímpano.

Yunque: Hacia dentro y por detrás del martillo, presenta un cuerpo y dos ramas. El cuerpo tiene forma cuboide, su cara anterior, se articula con la cabeza del martillo. Su rama corta se prolonga hacia atrás, y en su extremo posterior se introduce en la fosa del yunque (Fosita incudis). La rama larga sigue una dirección similar al mango del martillo. Su extremo inferior se dobla en ángulo recto y acaba en un abombamiento redondeado; el proceso lenticular, para la articulación con el estribo.

Estribo: Situado en la fosa de la ventana oval, por debajo del canal del facial, tiene cabeza, dos ramas y una base. La cabeza tiene forma de cuadrilátero, en su cara lateral presenta la cavidad glenoidea para la apófisis lenticular. Entre la cabeza y sus ramas presenta un estrangulamiento circular o cuello. Las ramas anterior y posterior (más larga y gruesa) forman un arco, que a veces está ocupado por un pliegue de mucosa timpánica, la membrana obturatriz del estribo. La base o platina es una fina lámina ósea ovalada que se encaja en la ventana oval, por el ligamento anular.

El tímpano protege a estos pequeños huesos. Por ejemplo, sin la membrana timpánica el hecho de sumergirse en el agua no sería posible, pues la presión del agua rompería esta cadena e impediría la escucha (provocaría sordera). De ahí que las personas con perforación de tímpano usen tapones.

Trompa de Eustaquio: Conducto que une el oído medio con la parte posterior de la nariz. La trompa de Eustaquio ayuda a equilibrar la presión en el oído medio. Se necesita de una presión equilibrada para obtener una transferencia adecuada de las ondas sonoras. La trompa de Eustaquio se encuentra recubierta por mucosa, al igual que el interior de la nariz y la garganta.

Oído interno:

El oído interno o laberinto se encuentra en el interior del hueso temporal, se divide en tres cavidades:

Vestíbulo. Contiene receptores para el sentido del equilibrio y está dividido en dos porciones, el utrículo y el sáculo.

Canales semicirculares. Contienen receptores para el equilibrio.

Caracol o cóclea. Es un largo tubo enrollado en espiral donde se encuentran las células receptoras de los sonidos, provistas de cilios, cada sector de la cóclea es sensible a una frecuencia determinada.

Las fibras nerviosas que salen del vestíbulo y los canales semicirculares se reúnen para formar el nervio vestibular, las que salen de la cóclea forman el nervio coclear. Ambos se unen para formar el nervio vestibulococlear que atraviesa el hueso temporal y se conecta con el encéfalo en el interior del cráneo.

Laberinto óseo y membranoso: El laberinto óseo es una cavidad irregular excavada en el hueso temporal formada por varios espacios unidos entre sí, en su interior se encuentra el laberinto membranoso que tiene la mismo forma y está constituido por un conjunto de conductos huecos por los que circula un líquido denominado endolinfa. El laberinto óseo puede describirse como una cáscara de hueso que envuelve totalmente al laberinto membranoso. En el espacio que queda entre el laberinto óseo y el membranoso se encuentra la perilinfa. La endolinfa tiene consistencia viscosa y su composición iónica es parecida a la del líquido intracelular, es rica en potasio y pobre en sodio, la perilinfa tiene una composición parecida a la del líquido extracelular es pobre en potasio y rica en sodio.

Vestíbulo: El vestíbulo es una cavidad situada en la región media del oído interno, tiene forma oval y se encuentra situado entre la cóclea y los canales semicirculares. Un estrechamiento lo divide en dos partes: el sáculo y el utrículo, ambos disponen de regiones sensibles llamadas máculas otolíticas que están dispuestas perpendiculares entre sí y contienen células ciliadas que tienen la función de detectar las aceleraciones o desaceleraciones lineales que se producen en cualquiera de los tres planos del espacio.

Canales semicirculares: Los canales semicirculares son tres pequeños tubos cilíndricos con forma de semicírculo. Están orientados en los tres planos del espacio, de tal manera que forman entre ellos ángulos de 90 grados. Tienen la función de det ectar cualquier movimiento de aceleración angular en alguno de los tres planos espaciales y son muy importantes para el mantenimiento del equilibrio corporal.

Cóclea o caracol: La cóclea es un conducto con forma de espiral que se asemeja en cierto modo a la concha de un caracol, por lo que también recibe el nombre de caracol. En su interior se encuentran las células sensoriales ciliadas que generan los impulsos nerviosos que hacen posible la percepción del sonido. La cóclea está formada en realidad por tres conductos paralelos separados por dos membranas:

Conducto coclear o rampa media que está lleno de endolinfa y contiene el órgano de Corti.

Rampa vestibular llena de un líquido denominado perilinfa.

Rampa timpánica también llena de perilinfa.

Dos membranas separan estos conductos:

Membrana vestibular. Separa el conducto coclear de la rampa vestibular.

Membrana basilar. Separa la rampa timpánica del conducto coclear. En la superficie de la membrana basilar se halla una estructura, el órgano de Corti, que contiene una serie de células mecánicamente sensibles.

Anatomía de la nariz:

La nariz se divide en dos compartimientos separados por el tabique nasal, los cuales tienen dos orificios de salida denominados narinas.

En las paredes laterales de las fosas nasales se encuentran unos huesoso esponjosos llamados cornetes, que se encargan de calentar y limpiar el aire que va hacia los pulmones. Debajo de cada cornete existen unos espacios denominados meatos, que son los que comunican la nariz con los senos paranasales.

Las paredes nasales están revestidas por mucosas que tienen como función esencial el acondicionamiento del aire inhalado. Además, la mucosa atrapa y quita el polvo y los gérmenes del aire cuando se introduce en la nariz.

Meatos: Son los espacios que delimitan los cornetes entre sí.

Inferior: Por debajo del cornete inferior.

Medio: Entre el cornete medio e inferior.

Superior: Entre el cornete medio y el superior.

Supremo: Es inconstante entre el cornete superior y el cornete supremo.

Orificios Nasales: Dos cámaras divididas por el tabique nasal.

Tabique Nasal: Formado principalmente por cartílago y hueso, recubierto por membranas mucosas. El cartílago también da forma y soporte a la parte externa de la nariz.

Fosas Nasales: Conductos recubiertos por membranas mucosas y diminutos pelos (cilios) que ayudan a filtrar el aire.

La Pituitaria: Es una membrana mucosa que tapiza internamente las fosas nasales, en ella se distinguen dos regiones diferentes; la pituitaria roja o respiratoria y la pituitaria amarilla u olfatoria.

La Pituitaria Roja o Respiratoria: Recubre el meato inferior y la mitad del meato medio, es de color rojo debido a la gran cantidad de vasos sanguíneos que presenta. Su función es calentar y humedecer el aire que pasa a los pulmones para evitar que llegue frio y que las vías respiratorias se resequen.

La Pituitaria Amarilla u Olfatoria: Recubre el meato superior y la mitad del meato, es de color amarillento debido a la gran cantidad de terminaciones nerviosas que posee, allí residen los quimiorreceptores del olfato.

En esa zona se encuentra células olfativas fusiformes que provienen del bulbo olfativo. Cada célula proyecta una dendrita que sobresale en la mucosa y posee un cilindro-eje que atraviesa el etmoides por la parte llamada cribosa llegando al bulbo olfatorio, desde donde se dirige al cerebro por medio del nervio olfativo. Cuando el impulso llega al cerebro se produce la sensación olfativa y el centro nervioso elabora una respuesta adecuada a la situación creada por la presencia del estímulo químico.

Los Senos Paranasales son cavidades o bolsas llenas de aire, cerca de las fosas nasales. Al igual que en las fosas nasales, los senos paranasales están revestidos por membranas mucosas. Existen cuatro tipos diferentes de senos paranasales:

El Seno Etmoidal: Ubicado dentro del rostro, alrededor de la zona del puente de la nariz. Ya se encuentra desarrollado al momento del nacimiento y luego sigue creciendo.

El Seno Maxilar: Ubicado dentro del rostro alrededor de la zona de la frente. El seno ya se encuentra desarrollado al momento del nacimiento y luego sigue creciendo.

El seno Frontal: Ubicado dentro del rostro, alrededor de la zona de la frente. El seno no empieza a desarrollarse hasta aproximadamente los 7 años de edad.

El Seno Esfenoidal: Ubicado en la profundidad en la cara, detrás de la nariz. Por lo general, no se desarrolla hasta la adolescencia.

Las sustancias olorosas emiten partículas que penetran en la nariz junto con el aire y estimulan las células olfatorias de la membrana pituitaria.

Las partículas olorosas se disuelven por acción del mucus y excitan las terminaciones nerviosas que provienen de la ramificación del nervio olfatorio, esto origina un impulso nervioso que va al cerebro donde se percibe la sensación olorosa y se imparten las ordenes correspondientes que constituyen la respuesta al estímulo.

Los seres humanos poseen entre 10 y 20 millones de células que recogen los olores, la nariz humana distingue entre más de 10,000 aromas diferentes. El olfato es el sentido más fuerte al nacer. Las células olfativas humanas contienen, en su extremo anterior, una pequeña cabeza con cerca de 20 pequeños filamentos sensoriales (cilios).

En los seres humanos, las sustancias olorosas estimulan las células de los nervios olfatorios, ubicadas en la membrana mucosa situada en la parte superior de cada fosa nasal. Estos nervios envían señales que representan olores al bulbo olfatorio donde esas señales son clarificadas antes de ser trasmitidas a los centros olfatorios del cerebro.

Anatomía de la lengua:

El sentido del gusto se encuentra en la lengua. La lengua es un órgano móvil, situado en el interior de la boca, impar, medio y simétrico, que desempeña importantes funciones como la hidratación de la boca y alimentos, mediante la salivación, la deglución, el lenguaje y el sentido del gusto. Deglutir y hablar, son acciones prácticamente imposibles de hacer sin la saliva.

La lengua tiene forma de cono, presenta un cuerpo, una V lingual, una raíz y un hueso llamado hioides.

Partes:

Cara superior.

Cara inferior.

Bordes linguales.

Base de la lengua.

Punta lingual.

Cara superior: También se llama dorso de la lengua, que presenta la V lingual, abierta hacia delante, formada por las papilas circunvaladas o caliciformes. La superficie del dorso de la lengua por delante de la V lingual, está en relación con el paladar, suele ser lisa y poseer unos surcos congénitos y otros adquiridos que diferencian las lenguas de los individuos

Cara inferior: Descansa en el suelo de la boca. En la línea media se encuentra el frenillo o filete lingual, de forma semilunar, muy resistente que limita los movimientos de la lengua. De no ser por este frenillo, podríamos incluso morir tragándonos la lengua, de allí su gran importancia.

Base de la lengua: Es gruesa y ancha y está en relación de adelante hacia atrás con los músculos milohioideos y genihioideos, con el hueso hioides y con la epiglotis a la que se halla unida por los tres repliegues glosoepiglóticos.

Bordes linguales: Son libres, redondeados y en relación con los arcos dentarios e importantes. También cuentan con filtradores de bacterias.

Punta lingual: También se le llama vértice lingual. Sirve para degustar los alimentos mediante la masticación.

Sabor.

El sabor es la impresión que causa un alimento u otra sustancia, y está determinado principalmente por sensaciones químicas detectadas por el gusto, así como por el olfato. El 80 % de lo que se detecta como sabor es procedente de la sensación de olor.

Localización de los sabores:

Se conocen cuatro sabores: dulce, salado, amargo, ácido. Se considera que el sabor amargo se detecta en la zona posterior de la lengua, los sabores dulce y salado en la zona anterior, mientras que el sabor ácido es captado en los laterales y en la zona intermedia de este órgano

Papilas gustativas.

Las papilas gustativas son un conjunto de receptores sensoriales o específicamente llamados receptores gustativos. Se encuentran en la lengua y son los principales promotores del sentido del gusto. Dependiendo de su localización en la lengua tienen la habilidad de detectar mejor cierto tipo de estímulos o sabores.

Tipos:

Papilas caliciformes o circunvaladas

Papilas fungiformes

Papilas filiformes

Papilas foliadas

Papilas caliciformes o circunvaladas: Son las papilas menos numerosas, pero son las más voluminosas. Son las receptoras del sabor amargo. Están dispuestas cerca de la base de la lengua, en la V lingual. El número de estas papilas es de once. Cada una tiene la forma de un tronco de cono invertido, y está colocada en una depresión semejante a un cáliz.

Papilas fungiformes: Tienen la forma de un hongo, como su nombre indica, y se componen de una cabeza abultada, y de un pedicelo. Están diseminadas en toda la superficie de la lengua, estas son muy visibles y tiene un color rojizo debido a los vasos sanguíneos que las irrigan. Son receptoras del sabor dulce.

Papilas filiformes: Tiene forma cónica, cilíndrica y terminan por una corona de filamentos puntiagudos, estas variadas formas hacen que se preste confusión a la hora de clasificar las papilas. Tienen función térmica y táctil. Este tipo de papila se estimula más comúnmente en el periodo adulto. Están repartidas en toda la superficie de la lengua dispuestas en series paralelas que van oblicuamente del surco del medio de la lengua hasta los bordes.

Papilas foliadas: Pliegues laterales y pequeños de mucosa lingual que están poco desarrolladas. Además, gran parte de ellas se localizan en la parte superior de la lengua.

Anatomía de la piel:

La piel es el órgano más grande del cuerpo, su función principal es actuar como barrera protectora, así como contribuyendo a mantener íntegras sus estructuras, al tiempo que actúa como sistema de comunicación con el entorno.

También va a tener como función:

Regula la temperatura del cuerpo: a través de glándulas sudoríparas y vasos sanguíneos

Almacena agua y grasa

Es un órgano sensorial: tiene nervios sensoriales y terminaciones sensitivas

Impide la pérdida de agua

Impide el ingreso de bacterias

Estructura de la piel:

Epidermis: es la capa más externa de la piel y constituye la envoltura protectora natural frente al entorno.

Células escamosas. La capa más externa se pela continuamente.

Células basales. Las células basales se encuentran debajo de las células escamosas.

Melanocitos. Los melanocitos se encuentran en todas las capas de la epidermis y forman la melanina, que le da el color a la piel.

Dermis: es la capa de piel situada bajo la epidermis y firmemente conectado a ella. Desempeña una función protectora, representa la segunda línea de defensa.

La dermis se mantiene unida mediante una proteína llamada colágeno, que está formada por fibroblastos. Esta capa le da a la piel flexibilidad y fuerza. Además, contiene receptores de color y tacto.

Hipodermis o tejido subcutáneo: La capa de grasa subcutánea es la capa más profunda de la piel y consta de una red de colágeno y células de grasa. Ayuda a conservar el calor del cuerpo y protege el cuerpo de lesiones al actuar como absorbedor de golpes.

Se compone de tejido laxo y adiposo. Protege a la piel de las prominencias óseas, está situado entre la dermis y la fascia profunda, va a contener glándulas sudoríparas, vasos sanguíneos, vasos linfáticos y nervios cutáneos

La fascia profunda es un capa densa y organizada de tejido conjuntivo que reviste a los músculos.

Nervios de la piel:

Terminaciones nerviosas libres: Terminaciones nerviosas del dolor alrededor del folículo del pelo. Estas terminaciones se encuentran en la dermis

Corpúsculos de Meissner: Terminaciones nerviosas encapsuladas, se encuentran en la dermis, son abundantes en los pulpejos de los dedos, labios y mamas

Corpúsculos de Vater – Paccini: Responden a estímulos de presión, de forma ovalada, están constituidos por una serie de membranas que se envuelven en la zona central donde termina la fibra nerviosa

Corpúsculos de Ruffini y Krause: Son específicos para la diferenciación térmica con respecto a estímulos externos.

Anexos:

Germen epitelial primario: Comienza su formación hacia el tercer mes de la vida embrionaria, como brotes epiteliales que van a dar lugar al folículo pilosebáceo, constituido por pelos, glándulas sebáceas y glándulas sudoríparas apocrinas.

Germen epitelial de la glándula sudorípara ecrina: Se observa a partir del tercer mes en palmas y plantas, y a partir del quinto mes en el resto del cuerpo, y va a constituir el conducto excretor y la glándula sudorípara ecrina.

Pelos: El crecimiento del pelo es cíclico. Los folículos pilosos del hombre también presentan actividad cíclica, alternando períodos de crecimiento con épocas de reposo. Se considera que cada folículo piloso sufre repetidos ciclos de crecimiento activo y de reposo.

Glándulas sebáceas: Son glándulas holocrinas que se encuentran en toda la superficie cutánea, excepto en palmas y plantas, por no existir a estos niveles folículos pilosos; sin embargo, en determinadas zonas del cuerpo y en algunas personas se desarrollan glándulas sebáceas sin folículos, como en los párpados, labios menores y comisuras de los labios.

Las glándulas sebáceas están localizadas en la dermis, anexas al folículo piloso en el ángulo que forma este con el músculo erector del pelo. Estas glándulas segregan un material grasoso denominado sebo, que vierten a través de un conducto en el tercio externo del folículo piloso, y lubrica la superficie de la piel y el pelo.

Las glándulas sebáceas tienen actividad funcional desde el nacimiento, pero al acercarse a la pubertad cuando el nivel de andrógenos comienza a incrementarse aumentan de tamaño, elevan la producción de sebo y dan lugar a un estado oleoso de la piel. Cuando se presenta un aumento excesivo de la producción sebácea se produce la seborrea y cuando la secreción disminuye aparece una sequedad de la piel que se denomina xerodermia.

Glándulas sudoríparas: Glándulas tubulares simples, muy numerosas. Existen 2 variedades: ecrinas y apocrinas.

Glándulas ecrinas: Son de tipo merocrinas. Se presentan en toda la superficie cutánea, predominantemente en palmas de las manos, plantas de los pies, axilas y frente. No aparecen en mucosas, cara interna de las orejas, regiones ciliares, glande y otros sitios. Estas glándulas segregan un material acuoso, pobre en sales y materiales orgánicos. Cuando se produce un aumento anormal de la secreción de estas glándulas, estamos en presencia de una hipersudación o hiperhidrosis, y si desaparece o disminuye, de una anhidrosis.

Glándulas apocrinas: Glándulas cuya secreción contiene parte de la propia célula. Se localizan en axilas, región anogenital, areola mamaria, ombligo y otros sitios, como el conducto auditivo externo y los párpados, donde aparecen glándulas apocrinas modificadas. Tienen una disposición glomerular mayor que las ecrinas y un conducto excretor que alcanza el cuello del folículo, algo por encima de la glándula sebácea. Se diferencian de las ecrinas por la situación del orificio de salida y por su relación con el folículo piloso.

Uñas:

Las uñas se originan al final del tercer mes de la vida embrionaria por invaginación de la epidermis en la región dorsal de las últimas falanges. Están constituidas por láminas córneas (queratina dura), convexas, translúcidas, con ligeras estrías longitudinales. Se consideran 3 porciones: raíz o zona proximal, cuerpo o placa ungueal y borde libre en la zona distal.

Raíz o zona proximal: Está situada por debajo de la piel, que se invagina en una depresión; tiene por encima el repliegue ungueal cuyo borde libre es la cutícula. Esta porción proximal de la uña se denomina matriz

Cuerpo o placa ungueal: Es la parte visible más extensa, que va desde el borde anterior, conocido como borde libre, hasta la raíz, y descansa en el lecho ungueal. Lateralmente se engasta en los surcos o repliegues laterales. Cerca de la raíz se observa una zona blanca de forma semilunar, llamada lúnula. La uña descansa sobre una base epidérmica blanda, donde se consideran 2 porciones: la anterior o lecho, y la posterior o matriz que le da origen.

Borde libre.

Tipos de piel

Nos podemos encontrar con pieles normales, grasas, secas y sensibles. El tipo de piel que cada uno tiene, viene determinado genéticamente, pero el estado de la piel puede variar según unos factores internos y externos:

Piel normal: Es aquella que no presenta ninguna alteración y la hidratación cutánea presenta una normalidad

Piel grasa: Es aquella que presenta un exceso de grasa o sebo, debido a que las glándulas sebáceas producen demasiado sebo. Sus características son:

Piel seca: La piel seca se caracteriza por una falta de humedad. La sequedad cutánea se caracteriza por presentar aspereza, descamación, pérdida de flexibilidad y elasticidad, grietas e hiperqueratosis.

La falta de hidratación puede provocar una alteración en la función barrera de la piel, y su flora bacteriana, dejándonos expuestos a una posible colonización bacteriana, irritación de la piel, incremento del prurito y en consecuencia un empeoramiento significativo en la apariencia de nuestra piel.

Organos de los sentidos 1EV3

    Bibliografía:

Dr. Víctor H. Loo A.

Méd. Esp. Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia.