![]() Los resultados surgen de una cohorte de 228.876 mujeres embarazadas que tuvieron un bebé entre 1995 y 2007: de ellas, 23.280 mujeres habían tomado antidepresivos antes del embarazo y la mayoría (75%) abandonó la medicación antes del segundo trimestre de gestación. Los autores del estudio han hallado que los hijos de mujeres que habían tomado antidepresivos en el segundo trimestre de embarazo tendían a nacer prematuramente, una media de 1,7, 3,7 y 4,9 días antes según que a la madre se les hubieran prescrito una, dos o tres recetas de antidepresivos, respectivamente. Además, la toma de un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) en el tercer trimestre de gestación se asoció con convulsiones infantiles: las odds ratios ajustadas fueron 1,4, 2,8 y 4,9 para una, dos o tres prescripciones de ISRS, respectivamente. En definitiva, al 27% de las mujeres se le adelantó el parto, aunque no necesariamente tuvieron un parto prematuro. La tasa de parto prematuro fue inferior al 14%. (Hayes RM, et al. American Journal of Obstetrics & Gynecology Volume 207, Issue 1 , Pages 49.e1-49.e9, July 2012). Según un estudio sueco, las mujeres que toman antipsicóticos durante el embarazo podrían desarrollar diabetes. Entre las 360.000 mujeres que tuvieron un hijo en un período de cuatro años, el 4% de las que tomaban antipsicóticos desarrolló diabetes gestacional, en comparación con apenas el 1,7% de las que no los tomaban. En un estudio de cohortes poblacional, los investigadores reunieron información de diversas bases de datos de todas las mujeres que habían tenido un bebé en Suecia desde mediados del año 2005 hasta finales del 2009: 169 habían tomado olanzapina, clozapina o su combinación durante el embarazo; 338 habían utilizado otro tipo de antipsicótico, y 357.696 no habían tomado dichos fármacos. Las usuarias de los medicamentos eran dos veces más propensas a desarrollar diabetes gestacional, pero el estudio no prueba que los fármacos causen dicho tarstorno. También se estudió si los antipsicóticos se asociaban con alguna diferencia en la talla del bebé al nacer: los hijos de las usuarias de olanzapina y clozapina mostraban un mayor riesgo de incremento del perímetro cefálico (odds ratio = 3,02; IC 95% = 1,60-5,71). (Bodén R, Arch. Gen. Psychiatry 2012 Jul; 69 (7) :715-21. doi: 10.1001/archgenpsychiatry.2011.1870.) Según una revisión de estudios publicada en American Journal of Obstetrics and Gynecology, el uso de topiramato en el primer trimestre del embarazo estaría asociado con un pequeño aumento del riesgo de que el bebé desarrolle labio leporino o paladar hendido en un porcentaje de 5 por cada 1.000 embarazos expuestos al medicamento. El equipo analizó la información de dos estudios sobre malformaciones congénitas. Uno, realizado entre 1997 y 2009, incluía 785 casos de labio leporino con o sin paladar hendido y 6.986 participantes control sin ese defecto. La exposición al topiramato aumentaba 10,1 veces el riesgo de desarrollar esas malformaciones orales. En el segundo estudio, realizado entre 1997 y 2007 sobre 2.283 casos y 8.494 controles, el riesgo aumentaba 3,4 veces. La razón de riesgo promedio fue de 5,4. Los autores concluyen que la gran mayoría de los embarazos expuestos a la ingesta materna de topiramato no sufren consecuencias y que el uso del fármaco durante el embarazo evidencia un cierto riesgo fetal, pero los beneficios potenciales serían aceptables en determinadas circunstancias. (Margulis AV, et al. Am J Obstet Gynecol. 2012 Nov;207(5):e1-2. doi: 10.1016/j.ajog.2012.09.001.) (A.M. Gutiérrez-Álvarez. Uso de anticonvulsionantes durante el embarazo y riesgo de malformaciones en el recién nacido: metanálisis. REV NEUROL 2003; 37 (11): 1022-1028) Dr. Víctor H. Loo A. Médico Especialista en Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia. |
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