Los trastornos amnésicos en psiquiatría son muy poco
frecuentes en la práctica. Sin embargo, cuando aparecen, son de gran
trascendencia clínica por su efecto en el individuo. La esencia de los
trastornos amnésicos es un déficit adquirido de memoria. Este déficit no es
consecuencia de un proceso del desarrollo, sino el resultado de alguna agresión
del sistema nervioso central (1).
Las personas con déficit de memoria suelen estar
incapacitadas por su situación y es posible que pasen años de su vida en
situación de depender de otro u otras
personas.
Los trastornos amnésicos, el delirium y las demencias
implican todos ellos un déficit de memoria, pero en los trastornos amnésicos, a
diferencia de las demencias, no se caracterizan por signos de afectación de
otras facultades cognitivas, como el lenguaje, las habilidades visuoespaciales,
la atención o la capacidad de razonamiento. Una persona con trastorno amnésico
suele estar alerta, tener un nivel normal de conciencia y es capaz de centrar,
mantener y desplazar la atención. Esta última característica diferencia los
trastornos amnésicos de los cuadros de delirium, en los cuales el rasgo clave
es una alteración de la conciencia que tiende a desarrollarse a lo largo de un
lapso corto de tiempo y a fluctuar en el transcurso del día (2).
El trastorno amnésico debido a que es una enfermedad poco
frecuente, es también poco lo que se conoce respecto a su incidencia y prevalencia.
Los estudios llevados a cabo en pacientes con un trastorno
amnésico han proporcionado información muy interesante con respecto a la
organización y el funcionamiento de la memoria. La investigación de pacientes
con déficits selectivos de la memoria ha llevado a reconocer que el diencéfalo
y el lóbulo temporal medial son zonas críticas para el procesamiento y
almacenamiento de los sucesos internos y externos denominados recuerdos.
ESTRUCTURAS
O REGIONES CEREBRALES AFECTADAS EN LAS ENFERMEDADES CAUSANTES DE TRASTORNOS
AMNÉSICOS.
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Estructura
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Enfermedad o circunstancia que
afecta a la estructura o región
|
Lóbulo
temporal medial
|
Oclusión de
la arteria cerebral posterior
Encefalitis
por herpes simple
Hipoxia
Traumatismo
Hipoglicemia
Neurosarcoidosis
Lobectomía
temporal
Encefalopatía
de Hashimoto
|
Sistema
hipotalámico-diencefálico
|
Oclusión de
arteria talamoperforante
Déficit de
tiamina (síndrome de Wernicke-Korsakoff, malnutrición, embarazo, vómitos
intensos)
Tumores
Traumatismo
|
Región
incierta o difusa
|
Hemorragia
subaracnoidea, aneurisma de arteria comunicante anterior
Amnesia
global transitoria
Terapia
electroconvulsiva
Traumatismo
craneoencefálico cerredo
|
En la edad infantil y adolescente, un estudio aprobado por
la University
of Michigan se describieron los
síntomas de los niños posconmoción (PCSS), la función neurocognitiva, y la
recuperación durante 4 a
5 semanas después de la lesión cerebral traumática leve y compararon el
rendimiento y la recuperación de los heridos de los participantes del grupo
control sin esta lesión. Dentro de los síntomas estudiados incluyó la memoria/concentración,
y concluyen que en niños de 10
a 17 años de edad, el auto-reporte de PCSS no era
excluyente para pacientes con lesión cerebral traumática leve. Sin
embargo, PCSS y los patrones de recuperación de la prueba Trail-Making parte B,
difirió significativamente entre los grupos estudiados; en menor medida, los
niños con PCCS sin lesión cerebral y con cambios en las
funciones neurocognitivas encontradas, sugiere que existen otros
mecanismos para inducir PCSS y déficits
neurocognitivos (3).
Citas:
1. Memory disfunction. Budson
AE, Price BH. N Engl J Med. 352:692-699, 2005.
2. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders.
4th Edition, Text Revision. Association, American Psychiatric.
Washington, DC, American Psychiatric Association, 2000.
3. Postconcussive symptoms and neurocognitive function
after mild traumatic brain injury in children. Sroufe NS, Fuller DS,
West BT, Singal BM, Warschausky SA, Maio RF. Pediatrics. 2010
Jun;125(6):e1331-9.